Presentación de productos
al cliente real
al cliente real

Valor denotativo o funcional
El valor denotativo de los objetos está ligado a la función o utilización del
mismo.
La presentación de los artículos en los que se quiere resaltar este valor suele
reservarse a los productos de primera necesidad (alimentación, limpieza,
Herramientas, etc...) Es decir, en ellos lo que se hace es resaltar las
características funcionales por encima de las connotaciones estéticas del
artículo, sin olvidar nunca, claro está, proporcionar un marco adecuado que
nos permitirá comunicar el mensaje con la mayor claridad posible sin renunciar
a la estética de la presentación del conjunto, dotándolo de todos aquellos elementos que nos son útiles (composición, luz, cromática, etc...) En este caso
de utilidad o funcionalidad.
Valor connotativo o estético
El valor connotativo o estético de los objetos está íntimamente ligado a unas
referencias espacio-temporales de una cultura en un momento determinado.
No obstante podríamos definir el valor estético de un objeto como el placer
sensual que obtiene un individuo con la posesión de un objeto determinado o
la observación del mismo.
El valor estético de un artículo nos dice poco sobre su utilidad o funcionalidad y
mucho de su diseño, sus colores, los materiales en que está fabricado, etc...
Los artículos cuya presentación se basa en resaltar las características estéticas
o connotativas de los mismos, se suelen reservar para aquellos productos que
ya no pertenecen al plano de primera necesidad. En ellos las cualidades en
cuanto a diseño, cromática prestigio de materiales, etc..., están por encima de
consideraciones funcionales o de utilidad. Por lo tanto podemos señalar una
serie de factores a tener en cuenta que definen el valor estético de los
productos: el prestigio o valor de los materiales, el valor de antigüedad, el
valor o prestigio social, el valor personal y el valor comercial.
El valor connotativo o estético de los objetos está íntimamente ligado a unas
referencias espacio-temporales de una cultura en un momento determinado.
No obstante podríamos definir el valor estético de un objeto como el placer
sensual que obtiene un individuo con la posesión de un objeto determinado o
la observación del mismo.
El valor estético de un artículo nos dice poco sobre su utilidad o funcionalidad y
mucho de su diseño, sus colores, los materiales en que está fabricado, etc...
Los artículos cuya presentación se basa en resaltar las características estéticas
o connotativas de los mismos, se suelen reservar para aquellos productos que
ya no pertenecen al plano de primera necesidad. En ellos las cualidades en
cuanto a diseño, cromática prestigio de materiales, etc..., están por encima de
consideraciones funcionales o de utilidad. Por lo tanto podemos señalar una
serie de factores a tener en cuenta que definen el valor estético de los
productos: el prestigio o valor de los materiales, el valor de antigüedad, el
valor o prestigio social, el valor personal y el valor comercial.
Leyes de colocación
La colocación de los objetos además de constituir un estímulo visual estético,
ha de cumplir una serie de requisitos en cuanto al orden, funcionalidad,
familias semánticas etc...
La tendencia actual en cuanto a la presentación de artículos camina hacia la
simplicidad, en detrimento de montajes demasiado escénicos o recargados, así
como de montajes con exceso de artículos en la exposición.
Se opta por la sencillez, la limpieza de líneas compositivas, la iluminación
estudiada y dirigida, juegos cromáticos en consonancia, etc... huyendo pues,
de revestimientos en colores estridentes que resten visibilidad al producto, de
la masificación en todos sus aspectos, del abuso de elementos decorativos, del
desorden en la composición, de la falta de coordinación de artículo y
complementos, de la falta de cuidados tales como la plancha (textiles),
frescura (alimentación), riego y limpieza (plantas), maquillaje (peluquería)
etc...
Así pues podemos señalar que las leyes que rigen la colocación de los objetos
son:
• La suma del volumen de los objetos ha de ser menor que el volumen
disponible, proporcionando esto en espacio alrededor del objeto que
permite su correcta visualización y valoración. El amontonamiento
produce una sensación caótica.
• Asociación por familias semánticas o estéticas, por ejemplo: vajilla y
cubertería, flores y jarrón, etc...
Presentación de productos
Vamos a pasar ahora a la clasificación de las presentaciones atendiendo a la
naturaleza o género del artículo. Para ello podemos partir de la división de los
artículos en vivos o móviles y muertos o estáticos.
Artículos vivos o móviles son aquellos que podemos “manipular”, variando su
aspecto original, dándoles vida o movimiento, por ejemplo: la ropa, tejidos,
ropa de cama y mesa, etc... La presentación de estos artículos ha de seguir
siempre un criterio de “naturalidad”, es decir se deben colocar de la misma
forma en que vayan a ser utilizados en la vida real.
Artículos muertos o estáticos son aquellos a los que no podemos variar siendo
su presentación única y permanente, necesitando de todo el poder creativo
para potenciar su atractivo. Ejemplos de este tipo de artículos son los muebles,
zapatos, joyería, libros, artículos de ferretería y maquinaria en general, etc...acción por gama cromática, teniendo en cuenta la semántica o
significado de los colores, ya que cada color posee un mensaje que lo
caracteriza.
• La ley de sustentación, es decir cualquier objeto necesita un punto de
apoyo en el espacio.
• La ley de paralelismo, hace referencia a la colocación de los objetos en
los ángulos fácilmente reconocibles de 45º, 90º, 135º, 180º.
• La ley de colocación de contrarios:
o fino-grueso
o oscuro-claro
o simétrico-asimétrico
o abierto-cerrado
o denso-vacío
o largo-corto
o horizontal-vertical
o oposición de estilos estéticos, ejemplo: barroco-minimalistas....
• Colocación de los objetos atendiendo a su tamaño, partiendo del fondo y
de los objetos pesados y de mayor volumen hacia delante hasta llegar a
los objetos de menor tamaño.
Los complementos
Se conocen como complementos a una serie de artículos que acompañan al
artículo principal potenciando al máximo el volumen de ventas por impulso.
Podemos clasificar los complementos en dos grupos:
-Complementos directos: ejercen su influencia directamente sobre el
artículo expuesto, realzándolo, resultando un capítulo importante en el
conjunto de las ventas.
Estos complementos se pueden realizar tanto en el sector de la fotografía, el
automóvil, la confección, etc...Por ejemplo complementos directos de una
cámara fotográfica serían el carrete, el trípode, el flash, etc.
-Complementos indirectos: son aquellos que intervienen en la ambientación
del producto para realzarlo, por ejemplo una hamaca será un complemento un
indirecto en el caso de ropa de baño y directo en el caso de venta de mobiliario
de jardín.
Así pues señalar la enorme importancia que tanto a nivel de funcionalidad
Estética, contribuyendo a resaltar el producto, como de finalidad comercial,
contribuyendo a incrementar las ventas globales, tienen los complementos.
Lo que hay que hacer
• La imagen en su conjunto será el desencadenante de todas las acciones
encaminadas a propiciar la venta por impulso tanto de mercancías como
de valores sociales asociados a ellas
• Proporcionar un marco adecuado que nos permitirá comunicar el
mensaje con la mayor claridad posible
• La tendencia actual en cuanto a la presentación de artículos camina hacia
la simplicidad
Presentación de productos
Vamos a pasar ahora a la clasificación de las presentaciones atendiendo a la
naturaleza o género del artículo. Para ello podemos partir de la división de los
artículos en vivos o móviles y muertos o estáticos.
Artículos vivos o móviles son aquellos que podemos “manipular”, variando su
aspecto original, dándoles vida o movimiento, por ejemplo: la ropa, tejidos,
ropa de cama y mesa, etc... La presentación de estos artículos ha de seguir
siempre un criterio de “naturalidad”, es decir se deben colocar de la misma
forma en que vayan a ser utilizados en la vida real.
Artículos muertos o estáticos son aquellos a los que no podemos variar siendo
su presentación única y permanente, necesitando de todo el poder creativo
para potenciar su atractivo. Ejemplos de este tipo de artículos son los muebles,
zapatos, joyería, libros, artículos de ferretería y maquinaria en general, etc..
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